lunes, 15 de octubre de 2012

El oido


El sentido del oído se localiza en la oreja.

El sentido del oído nos permite percibir los sonidos, su volumen, tono, timbre y la dirección de la cual provienen. Las vibraciones sonoras son recibidas por el oído y esas sensaciones son transmitidas al cerebro. El oído humano sólo está capacitado para oír un rango de ondas sonoras, ya que no percibe las vibraciones menores a 20 veces por segundo ni mayores a 20.000 veces por segundo. En el oído se encuentran también terminales nerviosas que reciben información acerca de los movimientos del cuerpo, ayudando a mantener el equilibrio del mismo.

El aparato auditivo del hombre puede considerarse en tres segmentos:

               1. Oído externo.

               2. Oído medio.

               3. Oído interno.

El oído externo, compuesto de un pabellón cartilaginoso en que existen cuatro repliegues. Esta parte forma una especie de embudo que termina en el conducto auditivo externo, que desemboca en la membrana del tímpano y esta tapizado de pelos finos y de gruesas glándulas sebáceas que segregan el cerumen.
Los pelos detienen los cuerpos extraños, y el cerumen retiene los polvillos del aire.

El oído medio, que comienza en el tímpano, membrana de un centímetro cuadrado aproximadamente; consta de tres hojuelas: una que encierra los vasos sanguíneos, otra compuesta de fibras, y una mucosa interna.
La caja timpánica presenta dos aberturas cerradas por una membrana:
             la ventana oval 
            la ventana redonda. Frente a la ventana redonda existe una prominencia llamada el  promontorio.

Entre el tímpano y la ventana oval esta la cadena de los huesecillos, martillo, yunque, lenticular y estribo.
          El martillo esta encajado por su mango en el espesor del tímpano y su cabeza se apoya sobre el yunque. 
          El yunque, unido por un lado a la pared del oído, se une por el otro, mediante    la apófisis lenticular, a la cabeza del estribo.
         El estribo está sujeto contra la membrana de la ventana oval. 

El músculo del martillo y el músculo del estribo accionan los huesecillos. el primero tensa la membrana del tímpano, el segundo la afloja. La trompa de Eustaquio, canal dirigido hacia la faringe, suele estar cerrado por una lámina fibrosa que se abre en el momento de la deglución, a fin de mantener el equilibrio entre el aire que viene del exterior y el encerrado en la caja del tímpano.

El oído interno, que comprende el vestíbulo abierto detrás de la ventana oval; desde ese punto central parten los tres conductos semicirculares. Detrás de la ventana redonda se extiende el  caracol, que constituye las envolturas óseas del laberinto membranoso.
El caracol óseo está dividido, en el sentido de su anchura, en dos ramas o canales: la rampa vestibular y la rampa timpánica.
El laberinto membranoso, rodeado de la perilinfa, está situado en el interior del laberinto óseo.
Se distingue en él:
El utrículo, el sáculo y los conductos semicirculares membranosos, formados de tejido conjuntivo, tapizado, en algunos sitios, de células sensoriales rodeadas en su base por las neuronas sensitivas periféricas: las manchas y las crestas auditivas.    




No hay comentarios:

Publicar un comentario